La custodia compartida puede ser denegada por el juez en aquellos casos donde se determine que la conducta o circunstancias de alguno de los progenitores puede afectar negativamente el bienestar y desarrollo del menor.
Especialmente si existe violencia familiar, trastornos mentales o adicciones, incapacidad para ejercer la parentalidad, gran distancia geográfica entre los padres o situaciones de riesgo en el entorno familiar extenso. El objetivo es proteger el interés superior del niño por encima de todo. Es recomendable contar con un abogado de familia (abogado custodia compartida) para garantizar adecuadamente el bienestar del menor en estos procesos.
Índice
- Motivos para denegar custodia compartida
- Formas de demostrar que la custodia compartida no es la mejor opción
Motivos para denegar custodia compartida
Ante la pregunta ¿En que casos se deniega la custodia compartida? A continuación se presentan los factores que pueden dar lugar a la denegación de la custodia de menores compartida:
Desatención de los cuidados del menor
La desatención en los cuidados básicos del menor es un factor crítico en la evaluación de la idoneidad parental. Elementos fundamentales como una alimentación balanceada, una higiene adecuada, el cumplimiento de la escolarización obligatoria y el acceso a atención médica regular son indispensables para el desarrollo sano del menor. La negligencia en cualquiera de estas áreas es un indicador serio de que el bienestar del menor podría no estar siendo priorizado. Los jueces consideran esencial que ambos progenitores demuestren un compromiso activo en proveer y mantener estos aspectos básicos, ya que son pilares en la garantía del bienestar físico y emocional del menor.
Falta de vivienda digna
La infraestructura y las condiciones del hogar son aspectos clave en la evaluación de un ambiente propicio para el crecimiento y desarrollo del menor.
- Infraestructura y condiciones de la vivienda
- Habitabilidad
- Seguridad
- Estabilidad
- Aspectos que deben cubrir los progenitores
- Cubrir las necesidades básicas de refugio y seguridad del menor
- Promover un entorno saludable para el crecimiento y desarrollo del menor
- Impacto de un ambiente inadecuado
- Riesgo para la seguridad física del menor
- Riesgo para el desarrollo emocional y psicológico del menor
Es importante que tanto la infraestructura como las condiciones del hogar sean propicias para asegurar un ambiente óptimo para el crecimiento y desarrollo integral del menor.
Manipulación del menor
La manipulación emocional de un menor por parte de uno de los progenitores es una problemática grave que puede tener consecuencias duraderas en el bienestar psicológico del niño. Este tipo de conductas incluye intentar influir negativamente en la percepción que el menor tiene del otro progenitor, utilizando al menor como herramienta en conflictos entre los adultos. Este comportamiento no solo es perjudicial para la dinámica familiar, sino que también puede generar confusión, ansiedad y problemas de autoestima en el menor. El sistema judicial pone especial atención en garantizar que el ambiente emocional del menor sea sano y libre de manipulaciones nocivas.
Edad del menor
La edad del menor es un factor determinante en la decisión sobre la custodia compartida, particularmente en etapas tempranas de la vida, como el periodo de lactancia. En estas fases, se considera primordial la proximidad y el vínculo constante con la madre, especialmente si está amamantando. Sin embargo, más allá de la lactancia, la edad del menor sigue siendo un factor relevante, ya que en cada etapa del desarrollo infantil, las necesidades del niño cambian, y esto debe ser considerado al determinar los arreglos de custodia más beneficiosos.
Inviabilidad de horario laboral
La disponibilidad de tiempo de los progenitores para dedicarse al cuidado y atención del menor es crucial. Un horario laboral que impida la presencia y participación activa de uno de los progenitores en la vida diaria del menor puede ser un impedimento para otorgar la custodia compartida. Es fundamental que ambos progenitores puedan brindar no solo sustento económico, sino también tiempo de calidad, atención y cuidado en el día a día del menor.
Comportamiento violento de alguno de los progenitores
El comportamiento violento, ya sea físico o psicológico, de uno de los progenitores hacia el menor es una de las mayores banderas rojas en la evaluación de custodia compartida. Este tipo de conducta no solo representa un peligro inmediato para la seguridad física del menor, sino que también puede tener consecuencias profundas y duraderas en su bienestar emocional y psicológico. La prioridad del sistema judicial es asegurar un entorno seguro y amoroso para el menor, libre de cualquier forma de abuso o violencia.
Problemas de adicción
Los problemas de adicción en uno de los progenitores son un factor crítico debido al impacto directo que pueden tener en la capacidad para proveer un entorno seguro y estable para el menor. Las adicciones pueden comprometer la capacidad de juicio, la fiabilidad y la disponibilidad del progenitor para atender las necesidades del menor. La protección del menor frente a entornos inestables o peligrosos es primordial, y la presencia de adicciones es un factor de riesgo significativo en este contexto.
Cambio del lugar de residencia
La estabilidad en la vida del menor es un aspecto valorado en el contexto de la custodia compartida. Cambios significativos en la residencia, que impliquen alejar al menor de su entorno familiar, social y educativo conocido, pueden ser vistos como disruptivos y potencialmente perjudiciales para su estabilidad emocional y desarrollo general. Se presta especial atención a cómo estos cambios pueden influir en la rutina del menor, en su sentido de pertenencia y en su bienestar emocional general.
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Formas de demostrar que la custodia compartida no es la mejor opción
Para denegar la custodia compartida, es necesario que uno de los progenitores acredite que esta no es la mejor opción para su caso.
Se pueden aportar diferentes pruebas
- Mensajes y fotografías que aporten los progenitores, siempre y cuando estén cotejados.
- Informes médicos de especialistas.
- Un cuadrante horario de la empresa para demostrar la falta de disponibilidad laboral.
- Fotografías de Google Maps para mostrar la distancia entre los domicilios de ambos progenitores.
- Análisis clínicos o informes de detectives para demostrar la vida desordenada del otro progenitor.
- Certificados del pediatra o del colegio de los menores para demostrar quién se ha ocupado principalmente del cuidado de los hijos.
Es importante no abusar de este tipo de comunicación en el procedimiento y limitarse a aportar lo esencial para demostrar cuál ha sido la situación familiar que impide establecer la custodia compartida. Además, en los procedimientos de separación, divorcio (custodia del niño abogados cerca de mi) o modificación de medidas donde se esté debatiendo la custodia compartida, es frecuente que se consulte a psicólogos especialistas mediante el llamado informe psicosocial.
Si los menores tienen doce años o más, o tienen madurez suficiente, se puede acordar su exploración para conocer cuáles son sus preferencias.