A la hora de iniciar un proceso de alquiler, ya sea como propietario o como inquilino, es crucial tener un conocimiento sólido de las normas que lo rigen. En España, estos alquileres se encuentran principalmente regulados por la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU), que establece una serie de reglas y procedimientos que ambas partes deben seguir. En este artículo, repasaremos cinco de los aspectos más importantes de esta ley que todo arrendador o inquilino debería conocer.

Índice
- Duración mínima del contrato de alquiler
- Recuperación de la vivienda por parte del propietario
- La fianza en los contratos de alquiler
- Alquileres no cubiertos por la LAU
- Realización de obras por parte del arrendatario
Duración mínima del contrato de alquiler
En el marco del derecho inmobiliario, la duración del contrato es un factor clave que influye tanto en los propietarios como en los inquilinos. Puede afectar desde el nivel de compromiso y estabilidad hasta los derechos y obligaciones de ambas partes. En este sentido, la Ley de Arrendamientos Urbanos LAU ha establecido criterios claros para evitar la incertidumbre y ofrecer una garantía de seguridad a los inquilinos.
¿Cuánto tiempo puede durar un contrato de alquiler?
El contrato de alquiler tiene una duración mínima establecida por la LAU. Desde la última reforma de esta ley en 2013, los contratos de alquiler deben tener una duración mínima de tres años. Esto significa que, aunque se renueven automáticamente cada 12 meses, el inquilino tiene garantizado el derecho de permanecer en la vivienda durante al menos tres años, siempre que cumpla con sus obligaciones contractuales.
Recuperación de la vivienda por parte del propietario
Una de las inquietudes más comunes en el ámbito de los alquileres urbanos es la posibilidad de que un propietario necesite recuperar su vivienda. Aunque los contratos de alquiler brindan cierta seguridad y estabilidad a los inquilinos, también es importante entender los derechos del propietario en situaciones en las que requiera recuperar su propiedad para uso personal o familiar. En este escenario, la LAU proporciona una guía clara.
¿En qué circunstancias puede un propietario recuperar su vivienda?
La LAU permite que el propietario de una vivienda alquilada la recupere para uso propio o para un familiar de primer grado de consanguinidad o por adopción, incluyendo al cónyuge en caso de divorcio. Sin embargo, esta recuperación solo es posible una vez que el inquilino haya cumplido al menos un año de contrato, y el propietario debe avisar al inquilino con dos meses de antelación.
La fianza en los contratos de alquiler
La fianza juega un papel fundamental como mecanismo de seguridad para el propietario. Este depósito monetario proporciona una garantía financiera que puede cubrir cualquier incumplimiento de las obligaciones contractuales por parte del inquilino. La gestión correcta y el entendimiento de la fianza, tanto para el propietario como para el inquilino, es un aspecto crucial para mantener una relación de alquiler saludable y conforme a la LAU.
¿Qué es la fianza y cómo funciona?
La fianza es un depósito que el inquilino entrega al propietario al firmar el contrato de alquiler. Según la LAU, esta fianza debe ser equivalente a una mensualidad de alquiler y se entrega en efectivo. Una vez entregada, el propietario tiene la obligación de depositarla en el organismo correspondiente. Esta fianza sirve como garantía en caso de que el inquilino incumpla sus obligaciones contractuales, como causar daños a la vivienda o no pagar el alquiler.

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Alquileres no cubiertos por la LAU
Aunque la LAU es un instrumento legal fundamental para regular las relaciones de alquiler en España, existen ciertas modalidades de alquiler que quedan fuera de su ámbito de aplicación. Este hecho no significa que estos arrendamientos carezcan de regulación, sino que son objeto de leyes específicas que se adaptan a sus peculiaridades. Entender estas distinciones es esencial para los interesados en alquilar o arrendar propiedades no residenciales o con fines específicos.
¿Qué tipos de alquiler no están regulados por la LAU?
La LAU no regula todos los tipos de alquiler. Solo cubre los contratos de alquiler residencial y de locales comerciales. Los alquileres temporales, turísticos y de garajes se rigen por sus propias leyes, que varían según la Comunidad Autónoma.
Realización de obras por parte del arrendatario
La convivencia en una vivienda de alquiler puede requerir la realización de ciertas obras o reformas para adaptar el espacio a las necesidades del inquilino. Sin embargo, este proceso no es tan simple como parece, ya que la Ley de Arrendamientos Urbanos establece ciertas reglas que se deben seguir para evitar conflictos entre el propietario y el inquilino.
¿Qué normas rigen las obras en una vivienda alquilada?
La LAU es muy clara en este aspecto: el inquilino no puede realizar obras de mejora en la vivienda sin el consentimiento expreso y por escrito del propietario.
Si el inquilino decide realizar obras sin este permiso, el propietario tiene el derecho de terminar el contrato y exigir que la vivienda sea devuelta a su estado original.